¿Es España un país fiable para la OTAN y la UE? Feijóo abre el debate

En los últimos días, el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha hecho una afirmación que ha generado un gran revuelo en el panorama político español: «España no es un país fiable para la OTAN ni para la Unión Europea». Sus palabras no son casuales, sino que reflejan una preocupación real sobre el papel que nuestro país juega en la escena internacional. ¿Tiene razón Feijóo? Analicemos la situación.

Compromisos internacionales en entredicho

España, como miembro de la OTAN y la Unión Europea, tiene compromisos que debe cumplir, especialmente en materia de defensa. Desde hace años, se nos exige que invirtamos al menos el 2% de nuestro PIB en gasto militar, sin embargo, no hemos llegado a esa cifra. El Gobierno de Pedro Sánchez ha prometido alcanzarla en 2029, y Feijóo pone en duda que esto sea viable con la oposición de sus socios de coalición, como Sumar, que rechazan este aumento del presupuesto militar.

El problema de fondo es claro: un país que no cumple sus compromisos internacionales pierde credibilidad ante sus aliados. La OTAN no solo es un club de amigos, es una organización que protege a sus miembros en caso de conflicto. Si España no se toma en serio su contribución, ¿cómo podemos esperar que nuestros aliados nos respalden en el futuro?

Las consecuencias de no ser un socio fiable

Feijóo también ha señalado que esta falta de compromiso debilita nuestras relaciones con Estados Unidos, un socio estratégico clave. En un mundo cada vez más inestable, donde las amenazas geopolíticas están a la orden del día, estar bien posicionados en la OTAN y en la UE no es solo una cuestión de prestigio, sino de seguridad.

España ha disfrutado durante décadas de los beneficios de pertenecer a estas organizaciones, y si queremos seguir en la mesa de las grandes decisiones, debemos demostrar que somos un socio de confianza. No basta con buenas intenciones o con discursos vacíos; hace falta cumplir los acuerdos y fortalecer nuestra defensa.

¿Hacia dónde va España?

El debate que ha abierto Feijóo es más que una simple crítica al Gobierno; es una reflexión sobre el futuro de España en el mundo. Queremos ser un país que lidere, que tenga voz y voto en los asuntos internacionales, o nos conformamos con estar en un segundo plano, dependiendo de la buena voluntad de otros países.

Los compromisos internacionales son como los compromisos personales: si prometes algo y no lo cumples, tarde o temprano pierdes la confianza de los demás. España no puede permitirse ese lujo. Si queremos que nos respeten en la OTAN, en la UE y en el mundo, debemos demostrar con hechos que somos un país serio y responsable. Y en eso, Feijóo ha dado en el clavo.

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