Lección de vida «Arriesga»

Era el mes de mayo del año 2000 el día que vi el anuncio de la vacante del puesto para la última empresa para la que trabajé. Era Ciba Visión, una división de Novartis, un laboratorio farmacéutico.
 
En aquel entonces creía erróneamente que si mandaba mi curriculum por la vía oficial, aquel periódico, iba a tener más problemas que beneficios. 
 
Siempre uno teme perder lo que tiene, aunque lo que tenga no sea realmente lo que desea
 
Me las arregle para que en una visita con un cliente, surgiera la conversación. Al final conseguí ponerme en contacto directo con la empresa y facilite mi cv a la empresa de selección, sabiendo que la primera oportunidad ya la tenía.
 
He de confesar, que siempre en este aspecto he creído en mí. Para mí nunca ha habido impedimentos en una entrevista. Incluso cuando no reunía los requisitos de la demanda, yo sabía que aquel puesto era para mí. Y aunque parezca pretencioso, proceso que me he presentado, proceso que ha sido mío. Recordáis, me gusta vender, y que mejor que venderme a mí de la mejor manera.
 
Al final después de un largo proceso de selección, más de 8 entrevistas,  fui la escogida. Después de haber firmado un pre-contrato, por aquello de no quedarme fuera si algo fallaba y no estar cubierta y perder mi estabilidad, comunique a mi empresa que me marchaba. Seis años dando todo, para marcharme a una empresa donde no me conocían.
 
Para mi sorpresa, después de haber dado los 15 días correspondientes, haber trabajado hasta ultimo día, pues así quiso la empresa y así lo quise yo. El día 14 un día antes de mí salida, vía fax, me mandaron una contra-oferta. Igualaban mi salario a la oferta nueva de la empresa. He de confesar que era el doble y mil cosas más que a cualquier otro le harían dudar.
 
Levanté el teléfono y llamé a quien en aquel momento consideré un referente en el sector, un buen profesional y hoy uno de mis grandes amigos, y me quede con una frase suya: Si te quedas, serás judas dentro de la empresa,  si te vas, lo que ocurra solo dependerá de ti.
 
Podéis imaginaros cual fue mi decisión. Me marche. Solo puedo deciros que en ese misma mañana, la empresa que me contrataba Ciba visión, me llamo para decirme que el grupo madre había comprado una división dentro del sector, y que seis meses después mi puesto no era necesario.
 
Volví a reunirme, y a sabiendas que en enero (seis meses después)  no tendría mi plaza, le transmití al Director de Ciba, Walter Molhoek que apostara por mí de la misma forma que yo apostaba por ellos.
 
Para esta empresa trabajé cuatro años. Hasta el momento en que me despidieron, no deje de aprender.  Aunque he de confesar que las personas que trabajaban allí, también aprendieron conmigo. Sí me despidieron, podría decir mil motivos por los cuales estuve fuera después de cuatro años y cualquiera de ellos podría sonar a justificación.  
 
En aquel momento aprendí que profesionalmente todo tiene una etapa. Que puedes ser la mejor haciendo lo que sabes hacer aunque no seas lo mejor en un momento de transición dentro de una organización. Una persona no deja de ser bueno. Lo que deja de ser son las necesidades de ambas partes en un objetivo común. Aquella empresa fue la mejor para mí a muchos niveles, valores, aprendizaje, ética, etc., y yo fui muy buena en una etapa de crecimiento y posicionamiento en el mercado español de las lentes de contacto.
 
Arriesgué sin saber si seis meses después tendría que comenzar de nuevo y solo tuve que hacerlo cuatro años después.

Lección 4:
Arriesga. Arriesgar conlleva un alto grado de confianza en uno mismo. Arriesgar es demostrarte, que aquello en lo que crees tiene validez al menos para ti, eso sí atreviéndote con mesura y cabeza. No confundamos el riesgo con la estupidez. Yo no soy estúpida, pero he cometido muchas estupideces. Y las consecuencias de todas ellas, mayoritariamente las he sufrido yo. Y en ocasiones incluso, sin yo quererlo la gente que está más cerca de mí.

Arriésgate sin embargo no te tires al vacío. Seria de tontos tirarnos a la piscina sin agua desde el último trampolín. Eso es simplemente una gilipollez. Arriesgar es apostar por algo en lo que crees, sabiendo que habrá circunstancias que hagan que puedes perder. Pero aun así, uno puede salir adelante.

Hay momentos y situaciones que nos dejan en la encrucijada y en la tesitura de no saber por dónde retomar el rumbo. Hagas lo que hagas hazlo con la convicción de que es lo mejor que puedes hacer por ti. Si tienes alguna duda, si te surgen contradicciones, analiza si no están asentadas en el auto-engaño.

No justifiques las carencias o los errores. No minimices los riesgos. No exaltes las bondades ni tampoco sobre valores las posibilidades. Simplemente se honesto contigo mismo. Y recuerda pararse, pensar, analizar y luego actuar es la clave.

 
Si confías en ti, ve a por ello, arriesga. Si tienes dudas, vuelve a darle otra vuelta hasta que llegues al punto de estar convencido. Y entonces arriesga.

 

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