La gente fuerte tiene la habilidad de conseguir lo que quiere y, el que lo logra, deja huella en los demás. Es una formula sencilla, sin embargo nadie ha dicho que fuera fácil. Si eliminas todo aquello que te absorbe energía e incorporas aquellas cosas que te las da, tienes un punto de partida.
Cuando comenzamos un proceso de Coaching Político buscamos ese punto de partida, el de “descubrir” todas aquellas cosas que nos distraen y absorben nuestra energía, con un solo objetivo, reemplazarlas por aquellas que sean enriquecedoras y positivas.
Cuantas veces a la vuelta del verano hemos tenido nuevos propósitos, uno de ellos, que suele ser muy habitual, “ponerse en forma” ir la gimnasio, adelgazar, y la pregunta es ¿cuantas veces fracasamos en nuestro “intento”? Todas las que sean necesarias hasta que no pongamos en forma nuestra mente. Si eliminamos malos hábitos, aprendemos a protegernos de los” vampiros de energía”. Esta es la base principal para aumentar nuestro poder innato.
Muchas veces estamos tan ocupados corriendo detrás de nuestros objetivos que nos olvidamos de la parte fundamental, crear una base sólida para nuestra vida. Cuantas veces hemos logrado aquello que deseábamos con todas nuestras fuerzas, y después de conseguirlo lo hemos perdido sin darnos cuenta. Construir castillos de arena cansa demasiado, pudiendo construirlos sobre roca. Y si te paras a pensar un poco, te ha ocurrido alguna vez desear algo con todas tus fuerzas y una vez conseguido, te has quedado con una sensación de vacío.
La pregunta es ¿acertamos en la elección de nuestros objetivos? Vamos detrás de aquello que nos hace vibrar, sentir, o por el contrario nos dejamos llevar por los medios de comunicación, las influencias de nuestro entorno o por algo mucho menos alentador, por los sueños de los demás. ¿Sabemos lo que queremos? O como muchos de nuestros clientes, ¿llegamos antes a la conclusión de saber lo que no queremos?
