Alejandro Magno
“Encontrándose al borde de la muerte, Alejandro Magno convocó a sus generales y les comunicó sus últimos deseos:
1. Que el ataúd fuese llevado en hombros y transportado por sus propios médicos de la época.
2. Que los tesoros que hubiera conquistado (plata, oro, piedras preciosas) fueran esparcidas por el camino hasta su tumba.
3. Que sus manos quedaran balanceándose en el aire, fuera del ataúd y a la vista de todos.
Uno de los generales, asombrado por tan insólitos deseos le preguntó a Alejandro ¿Cuáles eran sus razones?
Alejandro explicó:
1. Quiero que los más eminentes médicos carguen con mi ataúd para así mostrar que ellos no tienen ante la muerte el poder de curar.
2. Quiero que el suelo sea cubierto por mis tesoros para que todos puedan ver que los bienes materiales aquí conquistados aquí permanecen.
3. Quiero que mis manos se balanceen al viento, para que las personas puedan ver que vinimos con las manos vacías y con las manos vacías partimos.
Reflexión casi a final de año…
Este blog cada día va tomando un giro orientado al trabajo desarrollado en el ámbito “político”.
Se que algunos lo habéis ido percibiendo y he comenzado a dejar de compartir cosas mucho más “personales” que no tienen cabida en esta bitácora. La especialización tiene como ventaja ser un referente de esa materia.
Por ello, después de fiesta, os presentaré el proyecto que me acompañará durante el resto del año. Es algo madurado y asentado desde hace meses y que saldrá a la luz en el momento adecuado.
He aprovechado el detalle de Francisco Alcaide para compartir una reflexión:
¿Qué me queda? Después de Alejandro…
El tiempo, mi tiempo, vuestro tiempo.
El regalo más preciado que tengo, porque es limitado. Puedo producir más dinero, lo que quiera, sin embargo no más tiempo.
Y cuando dedicamos tiempo a una persona, le estamos entregando una porción de nuestra vida que nunca podremos recuperar. Nuestro tiempo es nuestra vida.
Por ello este post es un homenaje casi al final del año a cada una de las personas que habéis pasado por este rincón.
Cuando lo inicié en septiembre de 2008 francamente no era consciente de qué estaba haciendo, y que la realidad muchas veces supera la ficción.
He aprendido que todo tiene que tener su sentido, he aprendido de y con vosotros.
Daros las gracias, a cada uno de los que me habéis ofrecido vuestro tiempo.
Y con un tono de humor y ese espíritu navideño jajajja gracias a los esporádicos, los maestros, los conocidos, los amigos y enemigos, los que estuvisteis, los que os marchasteis, los que entráis en silencio, a todos.
Muchas gracias.