Las Administraciones Públicas se encuentran diariamente sometidas a la evaluación no solo de los ciudadanos sino también por los propios miembros que la integran, incluida la clase política que la dirige.
La Dirección Política en las Administraciones Públicas requiere unos matices diferenciadores y específicos orientados a la consecución de los objetivos en base al rendimiento de una serie de servicios públicos que benefician tanto al cliente final, el ciudadano, como al cliente interno, los propios miembros de la organización pública.
Alinear las necesidades del dirigente político, con la dirección administrativa evitando a su vez la fuga del talento y lograr lo mejor de cada empleado se convierte en todo un reto.
Es difícil encontrar en la Administración Pública jefes orientados al desarrollo personal, que se apoyen en técnicas y herramientas que ayuden al crecimiento profesional (habilidades y competencias) de sus colaboradores. Así mismo el dirigente político se encuentra en una posición de poder, sin embargo en ocasiones con poco margen de maniobra, por la escasez de conocimiento de la propia administración o por el contrario por la falta de comunicación interna basada en la ausencia de información o por los propios procesos internos de las Administraciones Publicas. Y esto irremediablemente nos lleva a que la cadena de valor del directivo político desaparezca.
Desde el coaching político se logra aumentar la eficacia, la eficiencia y la efectividad en cada uno de los procesos y servicios dirigidos a los ciudadanos. Para ello, la motivación es imprescindible en una administración que se encuentra “congelada” en un entorno de crisis dónde la inseguridad y la dificultad para cuidar lo que se tiene es cada vez mayor.
El coaching en la política fomenta un cambio, ayuda en la forma actual de hacer política y como consecuencia impulsa el crecimiento de la sociedad. Activa la generación de nuevos valores y la recuperación de los perdidos en beneficio de la democracia y como consecuencia en la ciudadanía. Sin embargo, ante dicho desarrollo del talento en las AA.PP nos encontramos fisuras que son necesarias despejar para seguir generando el crecimiento de las personas que la integran.