Participación, poder y primarias
La gente quiere participar en la política. El ciudadano es cada vez más consciente que reaccionar después, frente a los hechos vividos, no le da los resultados necesarios para modificar su realidad. La proactividad se hace imprescindible. El paso adelante que dio Madina el pasado 28 de mayo al exigir que solo se presentaría como candidato a la Secretaria General si se permitía opinar a la militancia ha sido un procedimiento que se irá asentando cada vez más. Aunque pueda parecer que perdió fuerza el gesto “heroico” de Madina tras su derrota, hay que recordar que los cambios solo proceden de las personas con grandes dosis de valentía que se enfrentan a sus miedos o a los miedos que les imponen. Atrás, y con inmenso sosiego, están quedando las imposiciones de los barones dentro de las estructuras políticas. Recalco: sosiego, porque aunque los gestos heroicos surjan, el engranaje del poder, sigue siendo todavía más fuerte, que el mecanismo de las bases.
Los círculos de poder se han quedado a años luz de la ciudadanía. Es tal el autismo de las jerarquías que el poder habla de temas que a la sociedad no le interesa. La mayoría de los temas que está reclamando la sociedad son precisamente las que sí dependen de los políticos: eliminación de dobles cargos públicos, privilegios institucionales que son vistos más bien como abusos que como recursos, suprimir o limitar puertas giratorias, controlar los sueldos y beneficios complementarios, etc. Y todo esto tiene unas consecuencias.
Aunque las primeras primarias en España vinieran de la mano de UPYD, de una forma más contundente y con un mayor calado social dentro del bipartidismo- es el Partido Socialista quien ha realizado las primeras primarias con carácter nacional. Sin embargo, no es lo mismo unas primarias abiertas donde un votante registrado emite su opinión, que unas primarias cerradas donde la participación se reserva a los afiliados del partido. Y no es lo mismo unas primarias internas en clave política, con una iniciativa de “un militante, un voto”, que se transforma en unas primarias cautivas de las élites del poder en el contexto de un congreso extraordinario.
No, no es lo mismo. Porque las reglas del juego de cara a la galería pudieran parecer que son las mismas pero, internamente, las candidaturas parten de posiciones bien distintas y como consecuencia merma su credibilidad y transparencia
Las nuevas formaciones políticas, parten desde cero en la confección de sus elecciones primarias. Sin embargo, no es de extrañar que estén surgiendo también “heroínas” como Isabel Bonig, Secretaria General del PP Valenciano que declaraba el pasado 26 de abril, en una entrevista a EFE. «Que defiende las primarias como medio para favorecer la participación y dar protagonismo a la militancia, así como la posibilidad de discrepar desde la lealtad en el seno de cada partido, sin que ello suponga un enfrentamiento» E igualmente se pronunció Cristina Cifuentes, Delegada de Gobierno en Madrid, a principios de este mes.De sus palabras queda evidencia que ninguna formación política en el territorio nacional está aislada al cambio que reclaman los ciudadanos.
Los círculos del poder frente al candidato y ambos frente al miedo.
La mayoría de los partidos son “novatos” en la implementación elecciones primarias. Y como todo aprendiz el hacer y errar está en el manual, sin embargo en todo ellos se asienta un denominador común, el miedo.
Lo primero que se lleva a la conciencia en un proceso de Coaching Político es que el poder va unido al miedo. Por una parte nos encontramos con aquellos candidatos que son conscientes a lo que se enfrentan, romper viejos paradigmas, y por otra, a las élites del poder que igualmente son conscientes que su capacidad de poder está cambiando.
Siempre ha existido el miedo a lo nuevo porque no sabemos cómo enfrentarnos a nuevas situaciones, porque la experiencia nos indica que ante el cambio siempre perdemos algo.
Porque frente al cambio podemos equivocarnos y eso conlleva el juicio de terceros y la oportunidad de nuestros adversarios; en definitiva, perdemos el control sobre nuestro entorno y como consecuencia sobre lo que sentimos. Como efecto al miedo, atacamos o aceptamos. Es un tira y afloja de emociones, donde cabe quedarse inmóvil, huir o tomar el valor de enfrentarlo.
Las élites frente al miedo, se paralizan durante un tiempo preciso. El justo que necesitan para recomponerse y volver a tomar las riendas que les ayuden a mantenerse vivos. Los candidatos frente al miedo que proyectan las élites tiene dos salidas: irse o enfrentarse a ellos.
El miedo está presente todos los días en la vida de un político y con frecuencia viene acompañado de estrés, inquietud, ansiedad y una serie de emociones negativas que proliferan a su alrededor.
Uno de los principales frutos del miedo es la duda. Cuando una formación política y sus miembros están perdidos en la duda, dejan de crear soluciones y respuestas ante las situaciones a las que se enfrentan. La duda crea tanta incertidumbre e inseguridad que dichas formaciones entran en un estancamiento mental, ideológico e incluso emocional que repercute a todos los miembros que la integran. Ante la duda surgen las siguientes preguntas ¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué? No para encontrar respuestas sino para prolongar la vacilación y mantenerse a la defensiva o para poder seguir en un estado de no compromiso mientras deciden afrontarlo o salir huyendo.
Esto último se ha visto muy claramente en las elecciones primarias del Congreso del Partido Socialista. Después de hablar con la dirección de campaña de Madina, Imma Aguilar puedo constatar que los hechos y los resultados demuestran que el miedo instalado en las élites del poder ha frenado de manera orquestada todo movimiento que pudiera ser interpretado como amenaza. Esto es de lo que estamos hablando, de miedo.
Está claro que según el lugar que ocupemos, así actuaremos, pues las estrategias utilizadas para conservar el poder son totalmente diferentes a las necesarias para alcanzarlo.
Sigamos con Madina como ejemplo. Bajo mi experiencia no dejo de pensar en cómo habrá podido sentirse, recalco sentirse; y habrá podido enfrentarse a toda una oligarquía que de forma explícita y rotunda manifestaba a su inicio, durante y después, que no era el candidato querido.
Al observar cómo surgen los acontecimientos por fechas, observamos que la decisión de “un militante, un voto” pilló con el paso cambiado a toda la oligarquía del poder incluido a el Rey que, cuatro días después, comunica su abdicación. Al igual que esta última decisión del Rey Juan Carlos I tomó por sorpresa a todo el Partido Socialista, incluido al propio Madina, a excepción de Alfredo Pérez Rubalcaba, Secretario General del Partido Socialista y Susana Díaz, Presidenta de la Junta de Andalucía. A quienes el propio Rey informa, y según diferentes medios de comunicación, pide claramente a Díaz que lidere el partido socialista.
Susana Díaz tarda ocho días en dar su respuesta, lo necesario para tambalear de nuevo los cimientos de la oligarquía. Tras haber calibrado al milímetro que ese no era su momento y que, dada la situación, la mejor fórmula para poder allanar el camino hacia su candidatura era liderar desde la sombra, apoyando al candidato que los barones habían decidido.
Por ello, más que unas primarias cerradas a la militancia y vendidas con una transparencia absoluta, se convirtieron en unas primarias cautivas por el poder, donde los candidatos Sánchez, Madina y Pérez Tapias no partieron desde las mismas posiciones de salida. No es lo mismo partir con el apoyo de todo el aparato del poder, que ir sólo con tu equipo.
Estas y otras, son muchas de las cuestiones que surgen en una sesión de Coaching Político, porque detalles como los anteriormente expuestos, aunque puedan parecer imaginarios, se dan todos los días en las filas del poder.
Nuevos desafíos, nuevas respuestas
Es curioso y llama la atención que, después de tanta renovación política y tanta modernidad, el camino elegido por los ciudadanos está siendo el más antiguo que se conoce, el de las Asambleas. Esta circunstancia nos lleva a considerar que en los clásicos seguimos encontrando muchas respuestas a los retos que se nos presentan hoy.
Quinto Tulio Cicerón en “El breviario de una campaña electoral” comienza dirigiéndose a su hermano Marcos, que para ser un buen candidato “Lo primero que debes tener en cuenta es dónde estás, cuál es tu objetivo y quién eres? Y precisamente aquí en este primer consejo que Quinto ofrece a Marcos, se visualiza lo que hemos ido describiendo a lo largo de este trabajo.
El desafío de hoy es volver a dar respuesta a las primeras preguntas que nos hicimos como humanidad ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? y ¿A dónde vamos? A estas preguntas deben dar respuesta los partidos políticos y sus militantes. Al igual que está haciendo la sociedad.
Hace falta creer y hace falta que lo crean todas las jerarquías sociales. La influencia que ejerce el convencimiento de que las cosas son posibles, hace que la historia siga su curso y siga evolucionando hacia un mundo mejor.
El desafío y presión ejercido por la sociedad para elegir a sus candidatos ya está en curso. Ya no hay vuelta atrás. Es decir, estamos frente a un nuevo paradigma.
Al final, todo se basa en saber, dónde vamos cada uno, independientemente de quiénes seamos y de dónde vengamos.