«Existen dos tipos de talento, el que el hombre consigue con su esfuerzo y aquel con el que nacemos. Con el primero, tienes que luchar mucho. Con el segundo, sólo tienes que retocarlo de vez en cuando» Pearl Bailey
¿No te ha pasado alguna vez, que al entrar en una fase de conciencia de todo lo que te queda por mejorar, ésta se convierta a su vez, en una espiral donde vislumbrar tus buenas cosas, tus aptitudes, tus habilidades, tu talento o ese don especial que te hace ser único e inigualable?
Es frecuente que ni seamos conscientes de nuestro talento, pues es tan natural, que forma parte de nosotros. En ocasiones pensamos que puesto que determinadas cosas son fáciles para nosotros, para los demás también tendrían que serlo. Y amigo, no es exactamente así.
¿Sabrías como descubrir ese don que anda dormido por tu conciencia?
Si no lo puedes vislumbrar, o por el contrario quieres ampliar más información, la respuesta es sencilla, PREGUNTA, pregunta a tus compañeros, a tu familia, a tus amigos, o a aquel que coincide contigo cada mañana…
¿Cuál crees que es mi punto fuerte?
¿Qué destacarías de mí?
¿Qué es lo que hago sin esfuerzo?
¿Cuándo lo expreso de forma natural?
Si yo saliera en la portada de una revista ¿Cuál sería? ¿Qué dirían de mí?
Cuando conozcas aquellas cosas por las que destacas, solo te queda una opción, potenciarlas, y darle prioridad a tu don.
Si a ello le unes el poder hacer lo que más te guste, lo que amas realmente, todo se envuelve en una fuente de energía.
La vida no es una complicada “operación” a corazón abierto. Si haces aquello que te sale instintivamente y con facilidad, y le sumas lo que te gusta, solo te queda un último paso, dejar que las cosas buenas sucedan, que las cosas buenas, vengan a ti.
Descúbrete……
Cuídate….