En este articulo no encontrarás información de la película del Director David Trueba ni tampoco un análisis de sus seis Goyas conseguidos gracias a contar una historia como muchas de las que el propio director cuenta, donde lo importante es la vida que hay detrás de cada uno de sus personajes y las lecciones de vida que nos dan personas anónimas con una gran historia.
Sin embargo y sin hacer un símil con su película es fácil vivir la vida con los ojos cerrados, lo complicado es hacerlo con los ojos abiertos mirando todo lo que nos acontece aunque lo que la vida nos presenta muchas veces mejor seria no mirarlo.
La ausencia del Ministro José Ignacio Wert en esta 28 edición de los Goya 2014 ha colmado todas las criticas posibles. Ha sido el mas presente con su evidente ausencia. Me imagino a los guionistas cambiando su guion por esta decisión y poniendo toda «su ofensa» guionista a un acto que sinceramente como espectadora no di crédito a lo que anoche vi, con los ojos bien abiertos, hasta que me atraganté con tanta critica y ninguna exaltación de lo que mejor saben hacer nuestros actores, directores y miembros del espectáculo.
Y yo me pregunto si ¿Los premios de La academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España son para galardonar o para politizar? Entiendo que un acto como este, sirva para exponer o ensalzar las necesidades de lo que realmente necesita hoy en día la cultura española. Comprendo a cada uno de los asistentes en la puerta y desde la barrera de la alfombra roja, como fueron los empleados de Coca-Cola exigiendo y exponiendo sus derechos. Apoyo que la gente manifieste su descontento y más cuando toda esta gala está rodeada de glamour y despilfarro y no se alinea para nada con lo que se reivindica desde la academia.
Conozco bien de cerca como las decisiones del gobierno (este, el anterior y el que venga) que sobre todo aniquila la cultura más de base. Mi hermano tiene 50 años y es actor. Siempre puso vocación, trabajo y estudio en todo aquello que hizo para lograr su sueño. No creo que ser un gran actor vaya alineado con reconocimientos de la academia. No todos tienen que ser famosos y reconocidos. Para mi el poder vivir de ello a lo largo de su vida profesional (30 años) y ser valorado en su entorno de trabajo ya es por sí un reconocimiento (aunque estoy convencida que para él no).
Mi hermano como actor, no ha querido cerrar los ojos a su entorno para vivir una vida fácil, sin embargo se los cerraron a la fuerza cuando decisiones como el 21% de IVA para la cultura amedrentaba su capacidad de poder llevar sus obras de teatro a los niños.
El sector está mas que roto y sin ninguna capacidad de maniobra. ¿Quien sostiene un pago de autónomo de 316€ mensuales cuando muchas de sus actuaciones teatrales no pueden superar ese caché? Y a veces pasan meses sin tener cerrada ni siquiera una actuación. Ver desde la barrera con una obra trabajada en su guion, en su puesta en escena, en su desplazamiento y su montaje ha llegado a un extremo de cobrar a taquilla y darse por contento porque hubo lleno de la sala a 10€ o 5€. Sinceramente es triste.
Mi hermano como muchos otros para ejercer se formó, invirtió tiempo y trabajo. Estudió en Barcelona en la Escuela de Teatro «Mimo y Pantomima» y compartió pasillos con Tricicle. Mejoró su técnica y aprendió de los mejores. El esfuerzo económico y de estudio le llevó a apostar por algo que en los años 80 no estaba muy reconocido. Hoy damos mucho mas valor a esta profesión tan dura y compleja. No es fácil ser actor, tampoco ingeniero, ni profesor; y por supuesto no es fácil ejercer muchas otras profesiones como minero, bombero o policía. Y sin hacer demagogia, tampoco es fácil ser político. Aunque a todas las profesiones anteriores justificaremos los errores cometidos y a un político por tomar una decisión coherente le machaquemos hasta saciedad del infinito.
Criticar la ausencia es fácil y saber convertir dicha ausencia en una oportunidad de enseñar que las cosas se pueden hacer de una forma diferente es mucho mas complejo y solo para aquellos que tienen la capacidad de crear en vez de reprochar. Y esta afirmación va por la academia y sus guionistas.
Hubiera deseado como espectadora desde el sofá de mi casa, que la academia hubiera hecho lo que presume de saber hacer mejor. Un guión critico constructivo. Donde hubiera puesto de manifiesto las necesidades reales del sector y donde ese guión tan preparado hubiera cerrado muchas «bocas» dando una clase magistral de como reivindicar las cosas. La academia tiene los medios aunque es evidente que peca de no saber hacerlo.
No justifico la ausencia, aunque apoyo la coherencia. No estoy de acuerdo con muchas decisiones del Ministro Wert a lo largo de su mandato, ni tampoco comparto su falta de capacidad de comunicación para saber defender dichas decisiones.
A veces pienso que detrás de cada Ministro, de cada Diputado, de cada Senador, de cada Presidente Autonómico o de cada Alcalde o Concejal hay un labor nada fácil que habitualmente no se sabe trasladar ni contar a la sociedad.
Vivir es fácil con los ojos cerrados y en política se da mucho. Pero me doy cuenta que no solo van los políticos con los ojos cerrados sino que también los miembros de la
Academia y el resto de la sociedad, donde yo también me incluyo. A veces es mas fácil cerrar los ojos para justificar aquello que no queremos o no sabemos enfrentar.
«España es un país rico, llevamos 400 años robando y todavía queda»