Entender que la política se asienta en las emociones que suscita, conlleva el triunfo o el fracaso de su magnetismo.
Es manido trasladar que el éxito del mensaje no se asienta en lo que dices, ni cómo lo dices, sino en aquello que tu audiencia siente con cada una de tus palabras. Sin embargo, aun estando tan trillado, grandes oradores adolecen, en ocasiones, de dicho problema.
Cuando dejas de ser autentica, el inconsciente, toma protagonismo en las palabras de quien te escucha. Y es entonces, donde tu batalla comienza desde la derrota. ¿Dónde estaba la Soraya Sáez de Santamaría que todos hemos conocido a lo largo de estos años? La enérgica, la guerrera, la audaz y la experimentada. No es lo mismo defender los valores de otro (Rajoy), que defender los propios. Cuando lo haces en el primer caso, estás apostando por algo en lo que crees y sientes. Cuando lo haces por ti mismo, las emociones cambian, nuestras creencias prevalecen y, por lo tanto, nuestra autoestima siempre hace presencia, sin darnos cuenta. Y esto en política es clave. He ahí la importancia de un buen entrenador personal, que no asesor estratégico, o de comunicación o de campaña, donde el candidato sepa quién es como político y quién como persona. Quien asesoró a Soraya para que saliera con un perfil institucional y presidencial modulando su ritmo, tono y voz, no entendió, cuál era su audiencia, ni tampoco el lugar de partida. Cómo tampoco, qué representaba Soraya en la mente de los compromisarios, que no de los militantes.
La estrategia del discurso de Soraya se centró en decir que había sido la más votada y que era necesario pasar de la participación de los militantes, a la decisión de los compromisarios. Me pregunto ¿Cuántos compromisarios se saltaron las directrices de sus compañeros de partido, votando lo que personalmente consideraban frente a lo que la mayoría de su sede habían elegido?
Enarbolar de inicio que eres la mejor candidata a la Presidencia del Gobierno frente a Pablo Casado y que Andalucía es tu bastión, es un punto fuerte, aunque no determinante. Por ello, sus afirmaciones a “soy vuestra compañera” y “este es mi partido” son forzadas y como consecuencia, nada creíbles. La credibilidad es el resultado de nuestras acciones a lo largo del tiempo y Soraya ha cuidado en extremo tener una imagen tan inmaculada como un mirlo blanco, y los mirlos blancos dentro y fuera de la política, en ocasiones, no son creíbles.
El problema de cuando Soraya afirma sobre los afiliados “Ellos han visto en mí, a uno de los nuestros” (minuto 4:00) es que no se le asocia como parte intrínseca del partido, y la mayoría de los compromisarios que no tenían decidido su voto, esperaban ver a una de los nuestros, y se encontró a una de los otros, o mejor dicho a una “desconocida”.
La naturalidad siempre ha ganado adeptos y Pablo salió sin máscaras, dejando el formalismo y tirando del buen humor “Me comprometo a traer un pingüino para hacer esta jornada más llevadera” a la vez que hacía un guiño, a su preparación bilingüe saludando a Manfred Weber, algo siempre reclamado a cada uno de nuestros presidentes de gobierno, demostrando nuevas habilidades y competencias dentro de la política. En definitiva, renovación, gente sobradamente preparada.
No dudar es clave, y afrontar tu punto más débil “Rajoy” desde el inicio, ensalzando las veces en que has asistido a tertulias cuando nadie quería ir y asumiendo tu responsabilidad como portavoz de gobierno, hace que todo lo demás, vaya «in crescendo» en intensidad y emoción. Y ahí está el éxito de Pablo, en hacer sentir.
Cualquiera que dedique dos minutos a las presentaciones de los discursos de Soraya y Pablo, sentirá la diferencia del miedo y la ilusión, de la duda y la confianza, de la falta de posicionamiento ideológico frente a unas directrices bien definidas, marcadas y compartidas. Hasta el clima del auditorio cambia entre un simple “presidente del Partido Popular…” o un “muchísimas gracias a todos…” A partir de ahí, todo es un mar de intenciones para una y una hoja de ruta definida y marcada para otro.
Soraya “He defendido la integración, porque integrar es sumar a favor, nunca en contra” (8:08) Cuando se toma la decisión de atacar a tu rival es importante tener presente tus propias debilidades, porque un ataque errado es un boomerang sin retorno. Acometer y proclamar que la campaña de tu contrario ha sido una campaña “sucia” es no entender “para qué” vas a disputar unas elecciones y cuáles son las reglas del juego con las que inicias la partida. Todo el mundo tiene claro que los adversarios están fuera “son los socialistas, los populistas y los independentistas” (6:55) sin embargo, habría estado bien que en este itinerario hubiera ido a favor de Rajoy, y no en contra de “su compañero”, pues el mismo viernes, en su despedida como presidente del partido, el carisma de Mariano Rajoy alcanzó su máxima expresión, y si hubiera dejado claro que un voto contra ella, era un voto contra él, hubiera sido muy efectivo para muchos de los compromisarios en duda.
El no hacerlo, da la oportunidad a Pablo de fortalecer su mensaje de unidad, mencionando uno a uno a todos los candidatos, de manera concisa, a la vez que destacando las habilidades y cualidades que les caracteriza, dejando en evidencia, su conocimiento personal y humano de cada uno de ellos. (2:02) “A Elio que es el representante de esos concejales sin tarjetas, sin sueldo, ni despachos, que se dejan la piel…” “A José Manuel García Margallo que lo mismo te propone una reforma constitucional que te hace una transición como diputado constituyente o construye la mejor Europa…” “Gracias JoseRa, que lo mismo se te va a Bosnia Herzegovina a una embajada, que te planta un código de valores y principios o que en Ávila defienda la concordia de la transición en nuestra tierra…” “Y gracias Mª Dolores, Secretaria General, gracias por todo lo que has hecho por este partido, por ser una candidata ganadora en Castilla la Mancha, por ser una ministra excelente y una consejera excelente, por ser quien ha dado la cara en las peores circunstancias por el partido, gracias” Resultado… auditorio en pie aclamando unidad.
A favor de Soraya, su coherencia con los hechos “No le pido a nadie, lo que yo no esté dispuesta a hacer. Si hace quince días, el partido popular, en voz de sus afiliados no me hubiera dado su respaldo mayoritario, os puedo asegurar que yo no estaría en esta tribuna” Primera emoción suscitada a su favor, aclamándola “presidenta”. (9:58) “Yo no estaría en esta tribuna, si no fuera la más votada, estaría en tu lista Pablo, si me lo hubieras pedido” (10:38) y a partir de aquí, surge el discurso más duro, más Soraya, resaltando sus puntos fuertes y las incongruencias de Pablo. 11 largos minutos, tuvo que esperar el auditorio, para sentir la emoción que provoca y que siempre la ha caracterizado. Lástima que las personas nos quedemos con los principios y los finales. Con lo que nos hacen sentir a su llegada y con el poso que nos dejan, cuando se marchan.
Me quedé realmente sorprendida con algunos momentos “set out” del discurso. El buen uso de técnicas de PNL (Programación Neurolingüística) que a través de los tres sistemas de representación con los que nos comunicamos, el visual, kinestésico y auditivo, con ellos, Soraya llegó de forma clara a todas y cada una de las personas ahí presentes. Con el uso de un abanico con la bandera de España, y viniendo de un alegato contra la corrupción, lástima que no trasladase ninguna medida, afrontó abrir las puertas del partido “Quiero un partido abierto. Cerrado, plegado sobre sí mismo, es compacto, sí, pero no da aire. (abriéndolo poco a poco) Si lo vamos abriendo, si vamos incorporando gente a nuestro proyecto, cumple su verdadero fin” (23:30) Para seguir dando vigencia a los principios y valores del Partido Popular, a través de sus varillas “Que siguen siendo firmes y son el armazón común de nuestro proyecto político” Sencillamente magistral. Lamentablemente estas técnicas, sin otros elementos, no movilizan a un solo compromisario en la balanza del voto, y más cuando muchos de ellos, son rehenes de sus intereses y/o de sus cabecillas.
Eché en falta propuestas ideológicas, como las realizadas por Pablo, a lo largo de su campaña y que expuso de forma más contundente en el congreso. Su lealtad al Rey y a la Constitución, su compromiso por eliminar la etiqueta de “corruptos” haciendo que se respete a los que están «vale ya de insultos y de insidias y de que se condene mediáticamente a compañeros que luego son absueltos«, la unidad y regeneración como ejes fundamentales de su programa, cambios en la Ley electoral, actualización de la administración, la defensa de la vida y la familia sin complejos, la supresión de impuestos injustos y su compromiso con la educación y el estado del bienestar, así como por el medio ambiente, pasando por un pacto nacional por el agua, y fortaleciendo la política exterior “España tiene que volver a ser el centro de la actuación de la Unión Europea, pero también del Eje Atlántico” y apostando por nuestra industria reivindicando nuestro liderazgo en la revolución industrial “Tenemos que volver a enganchar a nuestros jóvenes, no solo por las nuevas tecnologías, sino por las disrupciones que estamos viviendo que van a cambiar la sociedad«
En definitiva, Pablo Casado ha sabido reivindicar lo mejor del partido, dejando patente su “para qué”, aflorando las ideas que les representan, retomando el pulso del porqué se afilian las personas a los partidos. Ha sabido escuchar y ha hecho que los militantes se sientan escuchados. Ha entendido, perfectamente, el sentir de muchos de ellos, que llevaban tiempo callados, o estaban siendo criticados por ser los renglones torcidos, cuando simplemente estaban viendo que no iban en la buena dirección.
Pablo Casado ha hecho, posiblemente, uno de los mejores discursos que se han escuchado en el PP. Eso tiene una sola consecuencia, ser elegido, Presidente del Partido Popular.
Enhorabuena a Teo García Egea, por llevar las riendas de una campaña excepcional.